Jorge Acevedo Marín
Mi primera columna

Mi primer artículo de fondo, en 1990
Los columnistas y articulistas del Diario de Yucatan en las décadas de los 80 y 90 del Siglo pasado podrían contarse casi con los dedos de las dos manos.
De hecho, los columnistas, que yo recuerde eran sólo tres, y escribían con el mismo título y en el mismo espacio: La Primera Columna, la única cuyo texto se publicaba en letras “negritas” para destacarla en las ediciones diarias de los ejemplares.
Estos tres columnistas eran, el habitual Carlos R. Menéndez Navarrete (propietario y director general del Diario); el filósofo, periodista y político Carlos Castillo Peraza, y el “bateador emergente” Jorge Muñoz Menèndez, entonces jefe de la Redacción del periódico. Leerlos a los tres era enriquecedor, periodísticamente hablando, una delicia literaria por la pulcritud e su escritura y una gran enseñanza para quienes amamos el periodismo como profesión. Los tres, desafortunadamente, ya fallecieron.
Como ya dije, los articulistas también eran muy pocos y por lo general tenían espacios privilegiados en la tercera página de la sección principal del Diario.
Todo esto viene a colación porque durante algunos años yo pude gozar de ese privilegio y tuve la oportunidad de que me publicaran muchos artículos de fondo a lo largo de algunos años. Vale decir que entonces yo representaba al Diario de Yucatán en Quintana Roo y me acompañaba un excelente equipo de colaboradores, que hasta hoy siguen vigentes y exitosos desde diferentes “trincheras”.
Uno de ellos, Julio César Silva Cetina (quien posteriormente me sustituyó en el cargo cuando yo busqué otras aventuras periodísticas), me hizo llegar recientemente un recorte histórico que para mí tiene un gran valor y que me recuerda mis orígenes.
Esta justo acompañando a este texto, la imagen de ese artículo que escribí en 1990 y hace referencia a las probables candidaturas de un proceso electoral federal que se acercaba y tenía qué ver con lo que políticamente se venía para Quintana Roo.
Hoy lo quiero compartir con ustedes como lo que es: un viejo, estimulante recuerdo.